Sin duda, ha habido cambios profundos en el comportamiento sexual de las personas jóvenes desde la década de 1960. El más importante de todos es el aumento en la actividad sexual entre quienes se encuentran en la adolescencia temprana e intermedia.A partir de los datos disponibles, podemos estar razonablemente seguros de que actualmente participan en actividades sexuales más jóvenes, y que lo hacen a una edad más temprana que en décadas anteriores. Este cambio está estrechamente relacionado con las modificaciones en el patrón de comportamiento sexual adulto, y no se puede ver aislado de otras tendencias sociales. Sin embargo, tiene implicaciones particulares para los educadores y los padres, y subraya la importancia crucial del momento de una educación para la salud y sexual eficaz.
Puede parecer obvio, pero es importante afirmar que el comportamiento sexual de los jóvenes tiene lugar en el contexto de las actitudes y la conducta del adulto. En gran parte del debate público sobre este tema, los comentaristas y las autoridades en la materia dan la impresión de pensar que los adolescentes están de algún modo aislados o separados de lo que sucede en el resto de la sociedad. Se les culpa por tener actitudes permisivas, o por establecer contactos sexuales casuales sin considerar las consecuencias. Los jóvenes ven material sexual en la televisión, las películas y los vídeos, en las vallas publicitarias y en las revistas de adolescentes. Un aspecto muy importante es que tienen noticia de adultos que les rodean, sea en la familia o en el barrio, que tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio. Pueden ver que los adultos persiguen la gratificación sexual sin considerar siempre las consecuencias, que ponen la satisfacción sexual en un lugar alto en su lista de metas personales y,lógicamente, a los jóvenes les influye esta experiencia. Creer que los adolescentes viven de algún modo en un mundo propio es poco realista e inútil. No podremos comprender la sexualidad adolescente a menos que reconozcamos el contexto en el que se produce y admitamos las importantes influencias de la sociedad adulta.
Durante los diez últimos años ha habido un reconocimiento mucho mayor del lugar de la sexualidad lesbiana y “gay” en la adolescencia. En la edición anterior de este libro, este tema casi ni se mencionó y, sin embargo, en los años que han mediado, las percepciones públicas han cambiado, y ha habido un reconocimiento creciente del hecho de que ninguna consideración del desarrollo sexual durante los años de la adolescencia puede ser completa sin un análisis de la orientación sexual. Antes de dirigirnos a las cuestiones esenciales, deberíamos mencionar quizá uno o dos puntos sobre terminología.Se han utilizado los términos “gay” y “lesbiana” en lugar de “homosexual”, ya que generalmente se considera que entrañan evaluaciones más positivas de la conducta y de la identidad sexual enfocadas en el mismo sexo. Muchos análisis de esta materia incluyen además una consideración de los jóvenes bisexuales. Este tema es importante también, pues es evidente que los sentimientos de algunos jóvenes no están orientados necesaria o exclusivamente sólo hacia un sexo u otro. Hay algunos jóvenes que tienen sentimientos sexuales dirigidos tanto a hombres como a mujeres, y estos individuos pueden identificarse a sí mismos como “bisexuales".
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