ESTRÉS, AFRONTAMIENTO Y AJUSTES

A algunos sujetos la adolescencia les puede parecer un período cargado de estrés. Estas personas podrían señalar el estrés producido por los exámenes, la presión de los iguales en relación con las drogas o el sexo, las preocupaciones sobre los trabajos y las calificaciones para ellos, y otros diversos factores que actualmente hacen difícil la vida para los jóvenes. Sin embargo, las comunidades y los barrios están llenos de adolescentes que siguen viviendo, afrontan problemas que los adultos podrían encontrar desalentadores, disfrutan de su ocio, preparan y realizan exámenes, y entran en el mundo laboral con entusiasmo. Incluso con frecuencia los que crecen en circunstancias de desventaja demuestran resistencia y capacidad para el afrontamiento a pesar de que las probabilidades están en su contra. A primera vista, podría parecer que esto es algo paradójico. Aunque hay muchas tensiones inherentes al estadio vital adolescente, también hay datos más que suficientes para reflejar los recursos y las capacidades de los jóvenes.

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Estrés y transiciones en la adolescencia

Las perspectivas tradicionales sobre la adolescencia se han asociado a menudo con una noción de estrés, ante todo a causa de lo que se ha conocido como el concepto de “tormenta y tensión”. El concepto tuvo su origen en autores alemanes del siglo XIX como Schiller y Goethe, pero quien primero aplicó de manera sistemática esta noción a la adolescencia fue G. Stanley HALL, en su estudio clásico de 1904. En ese texto,HALL sostenía que los jóvenes experimentaban agitación tanto en sus emociones como en sus relaciones, hasta el punto de que este período era una época de oscilación continua de tendencias contradictorias. En particular, HALL señaló que la inercia y el letargo podían estar seguidos de alegría exuberante, que el altruismo y el egoísmo. Lo primero que hay que señalar es que en el período adolescente un individuo experimentará una amplia variedad de acontecimientos, cambios y transiciones, algunos de los cuales pueden estar cargados de estrés en sí mismos. Una manera útil de distinguir estos potenciales factores generadores de estrés es clasificarlos dentro de una de tres categorías (HAUSER y BOWLDS, 1990;RICE y cols., 1993).Estas categorías son: los acontecimientos normativos, los sucesos no normativos y las irritaciones cotidianas. Por lo que se refiere a los acontecimientos normativos, esta categoría alude a los que todos los jóvenes experimentan, e incluiría cosas como el desarrollo pubescente, un cambio de escuela a los 11 ó 13 años de edad, la presión de los iguales, etc. Lo importante aquí es que son acontecimientos a los que todos los jóvenes deben enfrentarse, pero normalmente dentro de una escala temporal relativamente predictible. 

Como se podía esperar, hay diversas implicaciones para la práctica derivadas del material revisado en este capítulo. En primer lugar, es importante distinguir diferentes tipos de estrés.Una distinción que se utiliza a menudo es la que existe entre estrés normativos, estrés no normativos e irritaciones diarias. COMPAS llevó más lejos esta clasificación, defendiendo que también es necesario diferenciar entre estrés crónico y agudo. Por estrés crónico, COMPAS alude a la pobreza y a otros factores ambientales actuales, mientras que el estrés agudo puede causarlo la enfermedad en los padres, el divorcio y otros tipos de trauma.

Hay diferencias de género claras en el afrontamiento durante la adolescencia. Es más probable que los chicos utilicen afrontamiento activo, pero también lo es que nieguen un problema o se retiren del estrés. Por otra parte, las chicas es más probable que utilicen el apoyo social como medio de afrontamiento, y que utilicen estrategias de afrontamiento centrado en la emoción. Además, a las muchachas y las jóvenes les afecta más el estrés, y perciben los acontecimientos como más cargados de estrés que sus homólogos masculinos.

Por último, la distinción entre afrontamiento centrado en el problema y el centrado en la emoción nos ayuda a identificar una tarea evolutiva clave. La investigación indica que las estrategias centradas en el problema son más adaptativas en las situaciones en las que el factor generador de estrés se puede modificar. Las estrategias centradas en la emoción son de más ayuda cuando los factores generadores de estrés no se pueden alterar. Por esta razón, una meta para los que trabajan con jóvenes en el desarrollo de destrezas de afrontamiento debería ser facilitar el aprendizaje sobre si los factores generadores de estrés se pueden cambiar o no. Así, permitir a los jóvenes que clasifiquen las fuentes de estrés, que piensen en tipos de afrontamiento y que desarrollen destrezas en torno a la evaluación de los acontecimientos puede contribuir a un desarrollo emocionalmente sano durante la adolescencia.

Ensayo sobre estrés, afrontamiento y adaptación

https://www.uma.es/Psicologia/docs/eudemon/analisis/estres_afrontamiento_y_adaptacion.pdf

Si el estres es parte de tu diario vivir, es preciso que hagas un alto en tu vida y reconsideres como estas "disfrutando" de tus días. Aquí le presentamos una guía de 10 pasos para desestresar su vida.
La idea es realizar cada paso en los próximos 10 días. Y están basados en el best seller internacional “Concientización: un plan de ocho semanas para encontrar la paz en un mundo frenético". El libro utiliza un programa basado en la concientización y la meditación, para calmar la ansiedad, el estrés, el cansancio y la depresión. Incluso en pruebas clínicas, se ha probado que la concientización (observación sin crítica y ser compasivo con uno mismo) es tan efectiva como las drogas o la terapia para lidiar con estas condiciones.

Aquí están los 10 pasos para bajar el estrés y aumentar la concientización en su vida:
Día 1: Come un poco de chocolate
En esta etapa del año es fácil ingerir mayor cantidad de carbohidratos y allí entra la “comida reconfortante”. Al principio esta comida está llena de sabor y es irresistible, pero si está apurado, es probable que coma mucho y no lo aprecie. Simplemente coma un pedazo de chocolate disfrutándolo con todos sus sentidos y paladeando no sólo su sabor sino su textura y aroma.
Día 2: Sal a caminar
Caminar es uno de los mejores ejercicios para desestresarse. Una buena caminata puede poner el mundo en perspectiva y calmar los nervios. Entonces, ¿por qué no salir a caminar hoy por 15 0 30 minutos? No es necesario sentir que tienes que llegar a ninguna parte. Una simple caminata por el vecindario, con la mente abierta enfocándose en sus pies en contacto con la tierra, o el color de los árboles, o el sonido del viento.
Día 3: Tómate 3 minutos para respirar
Cuando te pones nervioso, ansioso o estresado, es difícil recordar por qué hay que mantener la calma. Tomar tres minutos para respirar justamente está creado para actuar en dos sentidos: primero disuelve los patrones negativos antes de que ganen control sobre su vida. Segundo, es una meditación de emergencia que ayuda a enfocarlo para que la espiral de pensamientos no se le descontrole. Es probable que su mente se disperse, es natural. Simplemente trate de llevarla de nuevo y gentilmente a ese estado de concientización.
Día 4: Haz algo placentero
Si sientes que no puedes encontrar placer en la vida, la forma de contrarrestarlo es poco a poco volviendo a hacer las cosas que le gustaban pero que ha olvidado. Se puede empezar con una o dos: sea gentil con su cuerpo; un baño de inmersión, una siesta, tome su bebida favorita sin sentir culpa. Haga algo que le gusta: llame o visite a un amigo, cocine, lea algo que le sea placentero, escuche esa música que le gusta y que hace tanto no oye.
Día 5: La meditación para cuando nos frustramos esperando
Hay días en que la vida es una larga línea de espera: mientras espera en el banco, en el supermercado, en en tráfico. Y sientes ganas de gritar ¡basta! Cuando te encuentres en esta situación hazte estas preguntas: ¿Qué es lo que pasa por mi mente? ¿Qué sensaciones percibe mi cuerpo? ¿Cuáles son las emociones y los impulsos que siento?
La concientización acepta que algunas experiencias son displacenteras. Sin embargo, la meditación le ayudará a separar la esencia del sufrimiento en primario y secundario. El sufrimiento primario es el estres inicial: la fila es muy larga. Puedes reconocer que no es placentero y está bien que no te guste. El sufrimiento secundario es el que conlleva enojo y frustración. Trata de ver la diferencia. Trata si es posible, de dejar que la frustración esté allí sin tratar de que se vaya.
Día 6: Determina “campanas de concientización”
Elija algunas actividades diarias que puedan convertirse en “campanas de concientización”, es decir recordatorios para frenar y prestar atención a las cosas en detalle. Aquí hay algunas sugerencias:
* Preparar comida: la comida ofrece muchas oportunidades para concientizar la mente. Presta atención a los sabores, olores y texturas y presta total atención a lo que está haciendo.
* Escuchar a un amigo: no caigas en las mismas conversaciones de siempre. Presta atención a lo que dice, fíjate que cuando la atención disminuye te encuentras pensando en otras cosas. Vuelve a “escuchar”.
Día 7: El ejercicio de los 10 dedos de gratitud
Para poder apreciar las pequeñas cosas en su vida, trate el ejercicio de la gratitud. Esto significa que una vez al día Ud. contará con sus dedos 10 cosas de las que está agradecido. Es importante llegar a 10 aunque sea difícil después de 3 o 4, ese es precisamente el objetivo de este ejercicio.
Día 8: Realiza los sonidos y los pensamientos de la meditación
Los sonidos son tan convincentes como los pensamientos, y ambos inmateriales y abiertos a diferentes interpretaciones. Seguramente hay algunas canciones que a te motivan, mientras que otras te entristecen. Ser sensible ante el poder del sonido y su relación con los pensamientos y emociones, es central para la concientización, y para ser una persona más feliz, más relajada. ¿Por qué no lo intenta hoy? Esta meditación muestra en forma gradual las similitudes entre sonido y pensamiento. Ambas aparecen de la nada y no tenemos control de esa aparición. Pero al entender cómo la mente elabora los pensamientos, podemos hacer que el estrés y los problemas se evaporen ante nuestros ojos.
Día 9: Recupera tu vida
Piensa en ese tiempo cuando su vida era menos frenética, quizás antes de la Navidad o durante las vacaciones en el verano. Trata de recordar con detalle sus actividades o algunas cosas que solía hacer, ya sea sola o en compañía de familia y amigos; pueden ser leer una revista o andar en bicicleta, o disfrutar de un juego de mesa.
Elije una de esas actividades y planee hacerlo hoy o durante el fin de semana. Puede durar 5 minutos o 5 horas, puede ser trivial o importante; en compañía de otros o por su cuenta. Lo importante aquí es que sea algo que te ponga en contacto con esa vida que has olvidado, o con esa parte tuya que por algún motivo sientes perdida. No esperes a sentir que tienes ganas de hacerlo. Hazlo y fíjate qué pasa.
Día 10: Ve al cine
Llama a un amigo o familiar para ir al cine juntos, pero esta vez con una diferencia. Ve a una hora fijada y elije en el momento qué película ver, no antes. Muchas veces lo que nos hace feliz en la vida es lo que no esperamos; la posibilidad de encontrarnos con algo imprevisto. Y el cine es ideal para ello. Antes de ir, identifica tus pensamientos negativos como “no tengo tiempo para esto” o “¿qué pasa si no encuentro algo que me guste?” Estos minan tu entusiasmo por actuar y te desalientan en su intención de hacer algo que pueda nutrir su vida en forma importante. Una vez dentro de la sala, olvídese de todo y métase en la película.

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